Con este artículo pretendo tocarte la fibra.
Quiero plantearte una reflexión importante. Te dejaré al final unas preguntas para que te hagas y empieces a hurgar en lo más profundo de tu ser. También te dejo algunos truquillos adaptados de la cultura holandesa para que empieces a aplicar en tu día a día.
Si de verdad quieres un cambio, no hay que esperar. De nada sirve esperar, nada va a llegar si no actuamos ya, hoy mismo.
Empecemos con una canción de fondo para que tu corazón conecte con las palabras. ¡Póntela con cascos! (si tienes).
Lista de contenido
Empezamos. Reflexión base.
Para mí la época de incertidumbre comenzó algún tiempo atrás. Empezó en esa época donde las montañas no estaban nevadas en invierno y los plásticos se han convertido en los nuevos peces del océano. La lluvia ya no es un elemento tan habitual. Los incendios plagan nuestras montañas y la deforestación se come nuestros bosques. Las sequías dejan grandes zonas sin la posibilidad de ser habitadas y las crisis de refugiados van en aumento. Las guerras sangrientas continúan. Y la desigualdad social crece. y,y,y…
“Y si en el pasado la promesa de crecimiento ha servido para justificar la desigualdad, la injusticia y la explotación, en el futuro climático próximo tendrá más heridas que curar: los desastres, las sequías, las hambrunas, las guerras, las multitudes de refugiados y el caos político que estas desatan”.
David Wallace-Wells – El planeta inhóspito
Está claro que la crisis afectará sobre todo a los menos desfavorecidos. Según el Consejo Económico y Social de España en un artículo sobre la desigualdad después de la crisis del 2008, la renta del 20% de la población con mayores ingresos ha pasado de ser 5,9 veces superior a la renta del 20% de la población con ingresos más bajos en 2008, a ser 6,8 veces superior en 2013. Veremos a que punto nos lleva la crisis del COVID.
El planeta ya no está en paz. Sufre y no lo dejamos respirar. Si él pudiese hablar con palabras estoy seguro que también gritaría “I can´t Breath”. Pero mientras tanto aquí estamos. Queridos seres humanos, disfrutando del sol, las playas, el consumo de plásticos y lo que sus envases contienen. Comprando masivamente cosas que no necesitamos y para satisfacer nuestro querido ego.
Y así no podemos continuar querido ser humano. Cuando reflexiono, me doy cuenta que el problema de consumo en nuestra cultura está muy vinculado al chismorreo. “Mira ese que lleva 3 días la misma camiseta” o “mira aquel. El pantalón que lleva está un poco roto”. Este es el Status Quo de nuestra sociedad. La apariencia, la crítica, y la comparación constante nos lleva a ser presos de un consumo innecesario. Obviamente hay mucho más detrás. Ya lo abordaremos.
Eric Fromm lo explica de maravilla cuando dice que “el ser humano puede ser esclavo sin estar encadenado”. El aparato sugestionador de la sociedad nos llena la cabeza de falsas ideas y necesidades con el fin de llevarnos a un camino de hiperconsumo, desde el cual será muy complicado encontrar paz y equilibrio para el planeta y para nosotros mismos. Las cadenas que nos atan a día de hoy son más peligrosas que las que ataban físicamente. ¿Por qué? Porque estas últimas al menos se pueden ver.
¿Por qué no nos fijamos en las almas y dejamos que cada uno fluya a su ritmo? ¿Por qué la apariencia externa nos lleva a juzgar la valía de una persona? Tanto profesional como personal.
Para mí tiene mucho más mérito aquel que viste con un pantalón roto porque prefiere no contribuir masivamente al calentamiento global, a la destrucción y a alimentar a este sistema. Para mí tú tienes mucho mérito amigo. Y no digo que esté mal vestir bien, e ir impecable. Pero sí que el mérito va para aquel que ha trascendido el “qué dirán”.
Sentirse bien con uno mismo es muy importante. Vivir en paz con uno mismo. Pero eso no pasa por vestir impecable ni por las posesiones mundanas. Si te gusta hacerlo es perfecto, pero, ¿estás vistiendo así porque te gusta sentirte bien? “A mí me gusta vestir bien por mí, no por los demás…¿Qué opinas? ¿Es eso cierto? ¿No crees que al final es un elemento del ego que no te deja ver la realidad de la situación?
Tenemos que demostrar a los demás. Tenemos que gustar a los demás porque sin su aceptación no sabemos ser felices. No sabemos aceptarnos a nosotros mismos. Si los demás no nos quieren…¿Cómo vamos a querernos a nosotros mismos? Gran error. Y ojo, no hablo desde la piel de una persona liberada. Yo también tengo mis flaquezas dentro de esta espiral. Pero intento ser consciente de todo ello y lucho por cambiarlo. Tanto dentro de mi como en el resto de personas a las que llega mi mensaje.
Consejos prácticos tomados de la cultura holandesa
Creo que el consumo desmesurado se basa en eso. En las apariencias externas. ¿Crees que no puedo ser un hombre de negocios, porque mi camiseta tiene 6 años y está desgastada? ¿Crees que no puedo ser bueno en mi trabajo por repetir camiseta varios días, o porque mis pantalones están algo manchados de pintura porque estuve pintando mi casa? Creo que te equivocas.
Hay culturas que nos sacan algo de camino respecto a esto. No digo que sean mejor ni peor, pero en este aspecto me decanto por ellas. Mi hermano vive en Amsterdam y me cuenta cómo funcionan allí las cosas dentro de su sector. Él es arquitecto. Te voy a hacer una pequeña lista para que puedas inspirarte. Tanto si lo hacen por el planeta como por el ahorro ambos funcionan y por ello deberíamos considerarlo. ¡Ojo! No montemos una historia única sobre los holandeses. Allí como en todos los lugares de este planeta hay gente con hábitos de todo tipo.
Ahí va:
- Compran y comparten coche entre varios amigos. Así a parte de economizar, son más sostenibles.
- Si la ropa no huele mal se utiliza varios días antes de lavarla. Los detergentes contaminan mucho y además cuestan dinero. Ademas ahorran agua, energía y un buen dinerito.
- Algunos jefes o aquellos que ganan mucho dinero van a reuniones en zapatillas de deporte. Las apariencias no son tan importantes. Lo importante es la actitud y aptitud.
- Utilizan la bicicleta principalmente como medio de transporte. Por un lado reducen la emisión de gases nocivos, Y por otro incorporan un hábito saludable. Por descontado el ahorro que supone.
- Ahorran y tienen mayor control de sus cuentas personales. Son más austeros con el gasto. Esto lo trataremos en otros posts, pero una de las claves para encontrar un buen balance entre finanzas personales y sostenibilidad es reducir el gasto.
- No comen grandes cantidades de comida. En este sentido lo enfocan más desde la productividad. Si se hartan a comer los niveles de energía se irán al suelo y costará más volver al trabajo.
Preguntas para que empieces a hurgar
A mi me gusta vestir bien, y sentir que estoy guapo. Okey. Todavía tengo una batalla contra mi ego que ganar. Pero soy muy consciente de que el consumo masivo no trae nada bueno para las almas ni para el planeta. ¿Debemos ser austeros? ¿Debemos simplemente dejarnos llevar por la corriente capitalista? Bueno, cada uno que elija su camino, yo lo respetaré por igual. Lo que sí que os pido es que reflexionéis sobre ello. Os dejo unas preguntas para que tengáis por donde empezar:
- ¿Porqué esa necesidad de aparentar hacia el exterior?
- ¿Porqué esa necesidad de ser aprobados por el resto?
- ¿Porqué esa necesidad de consumir mucho más de lo que necesitamos?
- ¿Porqué cerramos los ojos y no vemos más allá, centrándonos en satisfacer nuestro deseos superficiales?
- ¿Porqué no nos preocupamos por el efecto de nuestras acciones sobre el planeta?
- ¿Porqué criticamos tanto al resto de personas?
- ¿Porqué nos gusta tanto el chismorreo?
- Cuando compras algo, ¿realmente lo necesitas?
Beneficios de reducir el consumo
Si controlamos nuestro consumo tendremos grandes beneficios. Estos son los dos más importantes:
- Ahorraremos más dinero, pudiendo invertirlo para que nos ayude a tener mayor libertad financiera.
- Ayudaremos a nuestro querido planeta a regenerarse. Los estudios sobre el calentamiento global son devastadores, pero aún queda algo de esperanza. Él nos lo pide, ¡escuchémoslo!
Consumir hay que consumir. Eso es innegable. Pero si tenemos la oportunidad, ¿porqué no compramos aquello que sea local? ¿O que no haya sido producido explotando a terceros? ¿O alimentos de temporada?
Y por último, ¿Será posible vencer al Status Quo e ir a una reunión de empresa con la camiseta desgastada o rota y que por ello no nos miren todos mal? ¿Peligrará tu trabajo si no llevas una imagen impecable?
Me gustaría escuchar vuestra opinión sobre este tema.
Documental sobre plásticos en los océanos
Para terminar os dejo un documental sobre el problema de los plásticos en los océanos grabado por dos amigos y en el que participé como parte activa en la localización de Marruecos. Merece la pena dedicarle 12 minutos.
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Cuantos más despertemos, mejor será el planeta.
Muy buenas tardes y que importante es ser consciente de lo que uno necesita, de lo que es realmente importante y del impacto que tiene vivir desconectados de nuestro entorno y de nuestro planeta.
Y tú de esto sabes bastante David. Maestro de la puesta en valor del entorno.
Gracias por compartir tus comentarios.
Me ha encantado el enfoque que le has dado al hiperconsumismo, nunca lo había visto así pero tienes toda la razón.
De hecho, así como anécdota, hace poco me compré ropa en una tienda de segunda mano, por tratar de ser más sostenible y oye, por ahorrar un poco también. Bueno pues bastantes amigas me dijeron que si me había vuelto loca, que vaya hippie, que me puedo permitir perfectamente ropa nueva…etc.
No entendían que el motivo real iba mucho más allá del dinero. Iba por el planeta y por poner mi pequeño granito de arena. Porque granito a granito, hacemos una playa entera!
El documental buenisimo ! No lo había visto entero y me ha encantado!
Besos!
Al principio igual te ven como la “hippie”, pero podría pasar que llegara un momento que alguna de ellas entiendan las cosas y se inspiren con tu ejemplo. ¡Sigue así!