Te cuento lo que aprendí de un dolor de pies agudo y rimbombante.
Siempre sacando una moraleja de todo en esta vida. Lo importante es reflexionar y preguntarse cosas a uno mismo. De ahí vendrá todo lo demás.
El martes me dolió mucho el pie. Pero mucho.
Terminando la clase de yoga con Andrea me empezó a doler y lo cierto es que me planteé por un momento ir al hospital más cercano. Me dolía. No me gustaba esa situación. El dolor iba en aumento. Y cada instante notaba como me palpitaba más. Aunque intento no medicarme, aquí sucumbí y me tomé un ibuprofeno para calmarlo. El dolor seguía y seguía. Me había dado un golpe horas antes.
Entonces, mientras me retorcía de dolor en la cama, me vino a la mente… “qué terrible sería vivir con un dolor tan profundo por un tiempo prolongado”. ¿Cómo sería la vida?.
Pero, ¿y si sentimos ese dolor agudo en nuestro corazón? El dolor físico parece más fácil de tratar, pero ¿y el dolor psíquico?.
No te puedo dar respuesta a estas preguntas. Lo siento.
Reflexión que te regalo
Pero lo que sí que te puedo dar es una reflexión.
Tenemos que valorar cuándo no nos duele el pie. Cuando estamos bien, porque cuando desaparece el bienestar físico o mental, la vida se vuelve de otro color. ¿Qué es por tanto importante para vivir felices y plenos?
Aquí me vienen 3 cosas que considero esenciales para resolver esta pregunta.
La primera
Encontrarnos bien física y mentalmente. No sentir dolor. No sentir dolor físico ni dolor mental.
El dolor físico no depende siempre de nosotros. Si te ha tocado tener una enfermedad nerviosa, o un cáncer o lo que sea que te haya tocado, está bien. Tendrás que aceptar que eso está ahí y luchar para poder curarte, si es que está en tu mano. Está claro que unos hábitos de vida saludables te van ayudar a reducir las posibilidades de sufrir cierto tipo de enfermedades. Pero si al final te toca, te ha tocado y punto.
Si por otro lado hablamos del plano mental, mi percepción es diferente. Obviando las enfermedades mentales, las cuales también se vuelven muy duras. Hablo del estado anímico de una persona. La forma en la que aprende a digerir el día a día. Cómo se toma las cosas. Cómo reacciona. Cómo sonríe a la vida o le llora incesante.
Para ser aspirante al camino de la felicidad (fíjate que no digo camino a la felicidad), tendremos que gozar de salud, física, ser posible , pero sobre todo mental. Tener una mente equilibrada y en paz. Ambas se pueden trabajar. Ambas pueden esfumarse en cualquier momento. Con el Yoga, trabajo ambas. Mental y física.
La segunda
La siguiente sería poder tener al menos un mínimo de dinero para satisfacer tus necesidades básicas y las de las personas que estén a tu cargo. Muchas veces os hablo del desapego a lo material. Creo firmemente que vivir desapegado de las cosas te ayuda a vivir con más paz. Pero sin un mínimo, va a ser muy complicado, que no imposible.
Siempre habrán alternativas, pero depende de donde hayas nacido. En nuestros países más occidentales será complicado muchas veces, pero siempre tendremos una opción. En otras zonas por desgracia, la probabilidad de conseguir ese mínimo es ínfima.
La tercera
Aprender a controlar la mente, los pensamientos, para disipar los deseos. Es decir, desapegarnos de los resultados de las acciones. Karma Yoga.
La clave aquí pasa por controlar la raíz de los deseo, es decir, el pensamiento. Me explico un poco más. Cuando pensamos en un objeto sensible, estamos deseando algo. Tanto un objeto, o un resultado, o que alguien se porte de cierta manera, o que las cosas salgan de la otra. Este deseo va a condicionar nuestras acciones, que estarán enfocadas a satisfacer tales deseos. Pero, la mayoría de veces no sucede y nosotros nos frustamos, angustiamos, etc.
Controlando nuestra mente, podremos ganar la batalla a los pensamientos.
Ellos tienen la capacidad de condenarnos. De hacernos ver un mundo distorsionado. ¿Cuántas veces hemos tenido miedo a una situación que todavía no ha sucedido, y que probablemente no sucederá? Vivimos esclavizados por pensamientos y formas de comprender la realidad erróneos. Totalmente falsos. Frutos de nuestra imaginación condicionada por la sociedad, nuestros antepasados y todo lo que ha formado parte de la historia de la humanidad.
Conclusión
Por eso indagar, y reflexionar con maestros que invitan a quitarnos esas gafas con cristal de doble espesor será positivo. Porque leyendo libros de estos maestros, observándolos, escuchándolos, llegaremos a comprender que hay un plano diferente del que pensamos. Y en el cual encontraremos muchas de las grandes respuestas.
Sin más os invito a no esperar a que te duela algo para saborear la vida. El momento para empezar es ahora. Y si ya te duele algo, lucha por sanarlo. Tanto sea por dentro como por fuera. No esperes, que la vida a veces avisa, pero otras no. Y de repente, ya terminó. Y sin quererlo ni beberlo ya no hay opción.
Muy buenos días y gran reflexión Tono, un abrazo enorme.
David,
Muchas gracias por dejar tu comentario. Es un gran placer contar con tu incansable apoyo.
Un fuerte abrazo.
Que buena reflexión para empezar el sábado desde una mejor perspectiva. Muchas gracias!
Me alegra que te inspire Olga.
Gracias a tí por leerme y por decirme que me lees 🙂